Creador y artista de nacimiento, utilizó los espacios libres de su trabajo a pintar para si, para su familia y sus amigos.
Este arte solo trasciende a través de su hijo Rafael a quien enseñó a pintar y a mirar el arte, en especial la pintura como la forma de expresarse sin usar la palabra.
Es este pintor el maestro y el alumno de Rafael Espitia, el uno aportaba lo que enseña la vida y el otro lo que traía de la universidad y son ellos quienes al final después de andar mucho y estudiar mucho por diferentes caminos concluyen que es pintando, ya sea un histórico balcón que el tiempo ha gastado, un viejo barco que espera su carga en el muelle, el oxidado camión que nadie quisiera ver, la crujiente carreta, todo eso que parece cotidiano ellos descubren que es puro arte cuando se meten en un cuadro, creen que el mundo todavía se puede crear ya en el fondo del mar o en la tierra firme, que el cuerpo de una mujer es mas bello cuando se imagina y que la pintura es casi una comunicación con los demás.
Ganador en el segundo concurso Fresenio “Llena tu ciudad de color”, retirado de su trabajo de artes graficas, afín a la pintura, Humberto Espitia dedica su tiempo a pintar.(qepd).
